jueves, 27 de septiembre de 2012

The beginning.

Éste es un reto en la escala de lo imposible, un amañado truco de verbos y concatenaciones nominales, a pudiendas de ser y estar en el mismo sitio sin cambiar de hábitos o sin parar de luchar por los sueños no vividos o impedidos.
Éste es el comienzo. Yo soy, yo puedo.


Era la noche más fría de marzo. Llovía a mares y el cristal se empañaba con mi respiración. A través de la ventana podia ver a lo lejos una luz titilante señalada por mis dedos, un resquicio de una lumbre que parpadeaba en la inmensidad de la negrura. Era un reflejo de un fugaz deseo, un recordatorio de que en este mundo no se está solo, hay más gente perdida en el vacío de esta oscuridad esperando a salir de ella. Las gotas se llevaban consigo, como en una riada,  los pedacitos de alma que salían de mis ojos. Ningun ruido parecía clavarse mis oídos. Era mágico y trágico a la vez. Esa penumbra que a todos alguna vez nos ahoga se desgañitaba en un vendabal, asolando el espíritu de los valientes vencidos, de mi misma a la sombra de la tormenta y tras los vidrios que me protegían. Pero el frío calaba y dolía como mil huesos fracturándose, como mil corazones rotos, como mil espejos clavándose en las manos. Anhelaba un poquito de calor. En mi boca, el sabor amargo de las promesas imcumplidas, que a sorbos me tragaba y que sin querer endulzarlos, venían a mi paladar como las desgracias que nunca vienen solas.
Tras de si dejaban un hálito de lucha y humildad, una pátina de retiradas cuando la fe ya ha pasado por la guerra y arrasa con los inocentes. Quizás no fue justo, quizás fue severo, pero ahí fuera sabía que exisitían puños como los míos, pechos henchidos de conciencias tranquilas como la mía y sensibilidad a raudales. Personas con ansias de mejorar, de hacer historia, de dejar huella...de vivir en definitiva.
Aquel ventanal me separaba de mis metas, aquel tazón de aquéllo que sabía a rayos me impedía saborear las ofertas que en meses me había estado negando, aquella lluvia era un regalo cuando yo estaba deseando mojarme...quería empaparme de mi propia vida.Y aquella luz a lo lejos me esperaba para volver a tomar el control de todo, sin ambajes y sin lastres, con todos mis pesos quitados de encima, para ser nuevamente yo resurgiendo, más fuerte y más sabia. Aprendida en la lección. Es un comienzo y por ahí voy a ir soltando amarras. Tras la noche llegaría el día y tras la ventisca, llegaría la calma, bendita y añorada.

El poder de cambiar el curso del destino depende de nosotros mismos y no de la providencia.

lunes, 24 de septiembre de 2012

Si te pierdes hoy....contigo va tu fuerza.


Esta canción es impresionante, de la B.S.O. de Spirit.

Toca ya el clarín
Solo para mí
No cambia el tiempo que…
Recuerda bien, lo que yo fui.

No puedo seguir
Ya no sé empezar
En mi corazón,
todo es soledad.

Soy soldado, malherido
y debo abandonar
Todo acabó, aquí
aléjame, o déjame morir.

Toca ya el clarín,
todo me da igual,
no hay ni un camino
que me lleve a algún lugar.

Sin una luz, yo tengo miedo
de desesperar, de desistir
y al fin no continuar.

Y desde allá,
alto en la distancia,
una voz dentro, recuerda tu verdad.

Si te pierdes hoy,
contigo va tu fuerza.
Toma tu valor,
recuerda tu verdad.

Hay un soldado en ti
que lucha en la batalla
por la libertad.

Esa es tu verdad.

Como un cenicero.


Bastaron las chispas de dos pedernales chocando entre sí para reducirlo todo a cenizas. Bastaron sólo dos encuentros...dos estampidas contra el muro férreo que acabamos forjando.
Se dilataban las venas al paso de la aparatosa sangre, fluyendo distendidamente entre una red y otra...como ramas de árboles en llamas, como un bosque entero quemándose al paso del fuego. Sin sentidos o con todos ellos. Un instante puesto en el asador del que sacar las cicatrices candentes....todo se redujo a cenizas.

Sobraron palabras, faltaron miradas. Se abdujeron los eternos minutos que pasaron como siglos en la decadencia de nosotros mismos empujados al sinsentido y la lujuria. Nos dominaron las ganas, nos olvidamos de los por qués. Latían al unísono nuestras manos, los cuerpos dejados llevar hacia el destino de abrasarse y consumirse, porque sólo la pasión descontrolada destruye lo que toca...jamás vuelve a nacer nada bonito, ya nunca crecerá de ahí nada valioso.

sábado, 22 de septiembre de 2012

Un duelo.


Enterrar un sentimiento fuerte, grande, poderoso, necesario y mútuo no es ni será nunca fácil, pero no imposible.

"La muerte nos cubre con su fúnebre crespón negro, de soledad y oscuridad. Dejarte de amar es matar, es morir".


Fase de evitación. Es un golpe muy duro, imposible de asimilar. Camino a ciegas en un estado de impotencia indescriptible.


Fase de negación. No puede ser que esto me esté pasando a mí. Creo que no me lo merezco. No puedo vivir sin tí.


Fase de dolor. Me cuesta respirar y me despierto sobresaltada. Me duele el pecho y tengo un nudo en la garganta. Me siento morir.


Fase de ausencia. Te echo de menos, ojalá todo fuera como antes. Me gustaría que estuvieras aquí o al menos, saber cómo estás.



Fase de aceptación y de perdón. Era lo mejor, lo que tenía que pasar. Estamos mejor así. ¿Podremos ser amigos?



Fase de apertura. Me siento nueva, libre y preparada para amar.

viernes, 21 de septiembre de 2012

Días de sol, eclipses y noches de luna nueva.


Ésta es tu última entrada. El último resquicio de mí que voy a dedicarte porque voy a esconderte en el rincón más profundo de mí, para que cuando te busque no pueda encontrarte. Para que la desesperación sea lo que encuentre mi mente insomne en las noches de luna nueva.
Mis lecciones de vida no me sirven, te lo voy contar a regañadientes con mi cerebro, sólo con estrofas cortas que nunca he sabido rimar bien y que no suenan como tus canciones raperas a las que me estaba acostumbrando. Porque hacerce a lo bueno es tan fácil y olvidar es tan imposible.

Me sentí como un puntito pequeño entrando por unas puertas grandes, en silencio y con la luz apagada para no despertar las ansias que tú gritabas a voces. Me lo pedías desesperadamente y yo me fijé en que me necesitabas. Me sorprendí deseándote tanto como tú a mí y ya no hubo remedio. Sólo tuviste que mirarme a los ojos y tocarme la mano. Me subí a tu sombra con mis pies descalzos, de puntillas para no sentir que ya eras una espinita clavada en mi alma...una razón por la que despertar, vivir y soñar...una habitación nueva donde podía ser mi yo más puro y sincero y un alivio a la tensión de mis inquietudes mundanas.
Nadie me lanzó un salvavidas, nadie me enseñó a nadar por tus ocupadas aguas...y yo hundía mis ganas en la pena, lanzaba señales de socorro mientras ahogaba mis sentidos, perdida en tus ojos, vencida en tus brazos de eclipse...irremediablementey para siempre.

Me sentí como un reflejo roto en las aguas de tu vida, una cosita efímera e insignificante...un pedacito de amor que no hacía mella en ti. Vagué durante horas entre las paredes de tu habitación macerando una ilusión sin sentido, esperándote y anhelándote.....a cabezazos contra tus muros para inclinar tu balanza sobre mí...y ni maneras. Mis lágrimas se diluyeron entre tus tormentas. Ya no me buscabas, ya no me pedías, ya no era yo. Nunca fui yo. Me marché con esa sensación de estupidez que sólo tú me has enseñado, ese escepticismo demoledor y ronronero que intuyo como mil penas sobre una.
Quise abrazarte y no soltarte, quise ser un tercio de tus sueños, quise ser, quise ser....quiser....quiser...quiser...quiero ser.

Perdí mi norte, y ahora, ningún faro significará lo mismo para mí. Ahora busco el que me lleva a tus orillas. Busco el que nos vió juntos por primera vez.
En un sobrecito cabe esta historia y sigue sobrando espacio. Pero mi amor no se puede guardar y te estará esperando a que dejes de ser un cobarde, a que te atrevas a rescatarme. Yo me encargaré de llevarte hacia las estrellas.

Escuché: "Siento" de Zenit. [...] si quieres tenerme.... sólo grita mi nombre [...] (Lo gritaría)



miércoles, 19 de septiembre de 2012

Desahogo.

Este es el desahogo que me produce escribir las inviables metas que me propuse, porque ahora sé que la fe no mueve las montañas como algunos dicen. Que es la pescadilla que se mueve la cola de mis horas insomnes, la marca que a sangre y fuego se debe grabar en mí...que no se hizo la miel para la boca del asno (entiéndase que el asno soy yo).
Y porque es esta larga vida la que nos encuentra a nuestro paso, porque las historias se reescriben a pesar de los años...y no nos puede faltar la verdad en las sombras. Tú fusite y ya no eres. Tú eres y siempre serás. Tú nunca serás y en los caminos nos cruzaremos.

Éstas son mis líneas, lee entre ellas si sabes. Este es mi mundo, quédate si puedes.

¿Alguna vez te preguntaste dónde va el amor cuando muere?

Ésta es la bondad de unos ojos tristes encapuchados, desertores de la miseria y la desdicha. Se aferran al momento que una vez...por un segundo...sintieron la vida y anhelaron sentirla. Un minuto de paz para ellos porque se apagaron. Un minuto de silencio porque se hundieron sin saber cómo salir a flote. Un rosario porque se mueren.
Que es la abrumadora realidad la que me hace frente, retándome y venciéndome...que es la triste hora la que asoma y retira de un plumazo una fe que se dispara hacia las montañas, como un misil que arrasa y que procede de ultramar. Y no tiene pérdida, va directo a mí.

Éste es mi destino, afróntalo si sabes. Esta es mi capacidad, asúmela si puedes.

¿Irá el amor en busca de cobijo? Sé que morimos cuando el amor muere. Yo te hablo muerta por dentro.

Ésta es la decisión de trenes y paradas...y de vías en sentido opuesto...de luchas perdidas, de batallas no luchadas...por una conquista y por un reino, por un sueño que de nada vale...que ya lo dijo el sabio, no está hecha la miel para la boca del asno.

Escuché: "Love is dead" de Tokio Hotel

Otra vez.


Otra vez no. Otra vez con mi cara al descubierto y posando las manos sobre un corazón racional. Otra vez no. Otra vez me hiciste llorar.

De otra manera, habiendo probado la carne de la debilidad, me siento frágil y rota, abatida por una estupidez que siento que ahora es propia de mí. ¿Por qué enamorarme de quién se enamora de mí?
¿Por qué renunciar a mis principios si sé lo que me puedes dar? Otra vez no, por favor.

De nuevo me veo al borde del abismo y caminando a ciegas, sobre un hilo que cuelga de tus ojos, porque pendo de una rama seca y sin raíz, porque los sueños no son sueños si con la justicia se destruyen...porque amar es parte de mí y no se puede borrar. Otra vez me hiciste llorar.

Porque otra vez me siento desahuciada y sin dueño, me agarro a lo que tengo, a lo que me ofreces. Me atengo a lo que tenga que pasar, a lo que tenga que sufrir, pero tú....me has puesto del revés aún sabiendo que no sabría sostenerme después. Otra vez me has roto, pero no te lo mostraré.

Qué ironía que una mentira me haga feliz.

sábado, 8 de septiembre de 2012

Amanece, que no es poco.


"Amanece, que no es poco"

Hemos amanecido hoy a la par el día y yo. La sensación de desasosiego ha desaparecido después de una semana acompañándome. Me noto adormilada y tranquila...el insomnio aún no me da tregua. El corazón bombea a su ritmo normal y el pecho no arde en un nudo que no me deja respirar como días atrás. Sin abrir los ojos pienso en tí y en lo que ha pasado. Evito la mecánica de días atrás, he aprendido que el dolor se cura cuando ya no importa el agravio. Aún duele. Pero el ánimo y la cordura me arrastran hoy para llevarme a su terreno y me he sorprendido sonriendo levemente, he comprendido que quizás tú estés peor que yo y que quizás ya no tenga tantos motivos para odiarte. La luna la empujaste fuera de tus noches.

Abro primero el ojo izquierdo. Estoy tumbada hacia el lado de la ventana. Nunca tuvo persiana, y entra el rayito de sol que estaba esperando...amanece, que no es poco. Gracias a la vida por nuevas oportunidades, gracias a la adversidad por hacerme más fuerte y gracias al amor por hacerme perdonar por dentro lo que por fuera aún me cuesta reconocer. Que te quiero incondicionalmente.
La realidad es la que nos pertenece y a ella hemos llegado por unos derroteros erróneos...quizás en otro lugar o en otro momento podamos acompañarnos en el camino, quizás la vida nos reserva un instante para nosotros...pero no es en este amanecer. Sigo mirando adelante a pesar de ver tu vacío.
Jamás he renunciado a mis sueños y mis metas...me queda recorrido. No renuncies tú tampoco. El perdón llama a tu puerta, ábrela.

lunes, 3 de septiembre de 2012

La noche de los sueños rotos.


Nunca debí tirar de la cuerda de los deseos pues mi radar me decía que acabaría rompiéndose.

Siempre he sido capaz de ver una sonrisa donde no la hay. Supongo que era por mi naturaleza positiva.  Nada real.  

Estos últimos días he visto cómo llovía en la calle...y he pensado que este aguacero sólo traerá desdicha. Y eso lo he visto claro, como cuando veo en los telediarios las noticias de guerras y crisis.
 La lluvia limpia y ayuda...pero también inunda y arrasa. Todo en exceso no es bueno. He cogido la costumbre de pararme a escucharla, adivinar qué dice entre gota y gota...en incontables chasquisos de húmeda esencia...y sé que me dice cosas que aún no logro entender. Quizás diga que espere, quizás diga que huya o quizás no diga nada y yo sólo me invento eso para pasar el rato aburrido mirando tras la ventana. No deja de ser agua cayendo tras mis cristales.
Pero es el elemento que me define y creo que me purifica. Al menos me quita peso y me desahoga.
Esta noche llueve, pero no en la calle. La tormenta ha llegado al borde de los sueños rotos...sueños de vida feliz y y plena, de descanso sin insomnios y de amores indómitos. Yo los he roto. Porque sí, porque ya no soy capaz de ver sonrisas en las caras de nadie, porque ya no creo en las palabras de las bocas de esas caras y porque no concibo un amor que no sea sacrificado o que no sea capaz de mover montañas. Es así. Así lo aprendí. Y ahora me siento libre, siento que he obrado bien.
La lluvia me moja pero no me cala, me bautiza y me devuelve al mundo, al mundo de telediarios y miserias, a la realidad permanente que, por mucho que yo me resista, no deja que me arranque los pies del suelo. La noche de los sueños rotos será la que borre de mi calendario de promesas incumplidas. Sin más desvelos, sin más dolor y sin más recelos. Viva de nuevo y lista para empezar. Siento que no he desperdiciado ni una gota. Pienso que las cosas pasan por algo...les doy un sentido.

Siempre me han gustado los días de otoño con olor a tierra mojada, brezo y leña recién cortada. Bienvenido septiembre. Adiós al pasado.