domingo, 27 de mayo de 2012

La noche.


Mi noche se transforma en fantasmas de amarecer ausente, me envía libertad en foma de pulsos chispeantes y fulgores esquivos. Colorea de azul oscuro una imagen que no cambia desde hace milenios y que mis ojos hacen suya una vez y otra...hasta alcanzar el infinito.
Mi noche es de esas que callada visita mis temores, las elucubraciones de la loca que me poseyó una fría madrugada de noviembre...una noche otoñal que avanzó envolviendo mis demencias y que a día de hoy, remanecen constantes en la sesera, repicando y entonando su canción de altos vuelos, las notas a las que mi voz no puede llegar....aún.

"... y es entonces cuando los miedos de cada uno toman fuerza y no dejan de revolotear nuestra cabeza. Es durante la noche, cuando nuestra mente se relaja, cuando nuestras debilidades aprovechan para atacarnos, ya que durante el día han estado agazapadas a la espera de un hueco que no ha existido debido a nuestra rutina (bendita rutina). Todo se magnifica en esa oscuridad y recordamos cada fallo, cada error y cada cosa que no hemos hecho por pereza o desidia, nos acosa y nos angustia como si hubiésemos dejado algo vital sin hacer, cuando lo único vital es la vida misma, vivir sin más; que dejamos que se escape entre nuestros dedos como un puñado de arena, incapaces de aguantarla toda, y que mientras más intentemos apretar, mas rápido se escapa. No sabemos que tiene la noche que nos ahoga en lo peor de nosotros mismos, aunque siempre nos queda la esperanza de que no existe una noche eterna, y sabemos que tras ella llega siempre la mañana, fuerte y poderosa aliada de nuestros buenos pensamientos capaz de ahuyentar con un solo rayo de luz una noche entera de pensamientos negativos."



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