miércoles, 25 de abril de 2012

Para mí y para mí.


Amanece un día precioso en mi mundo septentrional, mi capricho es despojarme de las sábanas y mirar por la ventana: "Qué día tan bonito hace hoy". Mis boreales pulmones atacan, mordiendo el aire puro que aquí cerca se fabrica, absorbiendo cada partícula y mis norteños ojos se deleitan con el suave vaivén de los árboles. Aquí solo hay paz para mí y sólo para mí.
Mi gordo descansa cerca...a él le debo tanto desde hace cuatro años, a él me he confiado todo ese tiempo y poco me ha defraudado. Un pequeño sacrificio de CO2 que me permito en forma de cascarón blanco y números de película.
Toda esta burbuja alimentada tremendamente por mi imaginación desbordada aunque serena...es mía, para mí y mis sentidos. Mi gato hace las veces de capitán de barco, subido a la proa de mi gordo, que ruge como mil leones juntos y cabalga a velocidad de vértigo, a 110 caballos, mi pequeño correcaminos. No puedo más que amarlo y respetarlo como en nuestra boda prometí.
Mi manual no lo explicaba ni nadie sabía entenderme, pero sólo aquí puedo soñar y ser feliz, porque mi abuelo lo defendió y lo legó, el norte de la haza, el western del solariego....el sur de mi vida..y el respeto se impone, el recuerdo se establece y la libertad de esta mezcla de caliza y asperón es para mí y sólo para mí.

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