martes, 20 de marzo de 2012

Amanecer.


Una vez más el cortisol vuelve a hacer de las suyas y coge impulso para hacerme saltar de la cama a las 8 de la mañana. Me gusta luchar contra mis empujes y remolonear un poco entre las sábanas, haciendo tiempo para arrancar el amanecer en mis manos y comenzar el día con la luz en los ojos. Esta matutina pereza se hace de rogar entre estiramientos y bostezos, pero no dura mucho en el tiempo. Los comienzos son los mejores y yo no me los pierdo por nada del mundo. Una buena ducha, un "buenos días" y una compañía especial me esperan. Reponer fuerzas se hace imprescindible después de una dura jornada de presión y desgaste psicológico. El desayuno es un relax placentero que no quiero posponer; un café, unas tostadas, el zumo de naranja...combustible que desclava mi cuerpo de casa y que me incita a agarrar con fuerza las horas que aún quedan por delante. La rutina se hace necesaria y un día más me encuentro con las mismas historias que tanto me llenan y que hacen un suma y sigue en mi vida. Cierro la puerta y me encamino a por mi vespa, pequeña amiga que me lleva a la velocidad del rayo al trabajo...ventajas de aparcar donde no cabe ni un alfiler. Seis horas se descuentan de mi reloj, llamadas y llamadas, confirmaciones, clientes, papeleo...role play, almuerzo y "hasta mañana a la misma hora"...así de lunes a viernes. Algún café al salir con las compañeras, charla despreocupada, bromas y risas...vuelta a la vespa y regreso a casa. Pero eso ya forma parte de otro relato que llamaré Anochecer.

3 comentarios:

  1. jaja me gusto mucho el titulo, las entradas y las fotos son geniales! Este es mi blog http://masqueamorunaobsecion.blogspot.com.ar/ un besito :)

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  2. Nada mejor por la mañana que tomarse un café...

    http://www.youtube.com/watch?v=YSyq2eVuT90

    :)

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