miércoles, 1 de febrero de 2012

Sueño de una noche de verano.




Llevo días viniendo a estudiar a la biblioteca de la facultad de Filosofía y Letras, aunque yo sea de ciencias, y me resulta muy curioso ver libros de Shakespeare encima de las mesas. Uno de ellos me ha llamado la atención: A midsummer night's dream.
Mi mente ha hecho el resto. Ha volado a nuestras noches de verano de hace años, cuando íbamos de moraga y hacíamos fuegos en la arena de la playa, o cuando mirábamos las estrellas en el campo, con el cielo plagado de luceros y puntos fugaces. He recordado el olor a cañavera de aquel rincón de una calita de Maro, el reflejo en el mar de los barquitos pesqueros, las incursiones nocturnas saltando la tapia de la Pasionaria, las horas de risas y juegos a la luz de la Luna y los paisajes de tonos grises y negros con luminarias salpicando el monte a lo lejos. Aquellas conversaciones subidos en el capó de mi coche y los sábados de madrugada escuchando a Iker Jiménez...las escapadas de casa por la ventana, el miedo de saber que mamá nos castigaría, las cenas a la luz del farolillo negro del patio, el aroma del dondiego de noche, los ojillos verdes del Kiki en la oscuridad, las fotografías a la Luna, las canciones de la abuela sobre las mujeres de la sierra, los papillones golpeándose contra las bombillas, las veladas de radio con buena propagación y las charlas con amigos desconocidos de la bella Argentina (CQ, CQ, 40 metros), tus ideas compartidas de hacer esto o lo otro, tus confidencias a la fresquita, el sonido del arroyo cuando aún llevaba un hilo de agua, los baños a ciegas en la piscina, los arrebatos a lo pirata y las huidas al pueblo, la feria y los agobios mezclados con vino dulce de Málaga, las madrugadas saliendo de trabajar en Los Montes curvando la salida directa a la cama, el relente de la cuidad cayendo sobre nuestras cabezas, el terral malagueño pegado a las sábanas, la hora bruja cocinando para el día siguiente, los kilómetros en coche con la ventanilla bajada esperando ver la chica de la curva.............

Y así podría seguir, con millones de sueños de una noche de verano...hasta morir hablando de ellos. ¿Cuáles recuerdas tú?

4 comentarios:

  1. La próxima vez que te vea te voy a dar prestado una cosa, a ver si te gusta ; )))).

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  2. Amigo, sabes? Te echo de menos. Estaré encantada de recibir cualquier cosa prestada y cuidarla como si fuera mía. Ánimo, que ya queda menos para vernos!!

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  3. P.D. Ojalá podamos compartir sueños en las noches de verano.

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