jueves, 23 de febrero de 2012

La princesa olvidada.


Ayer me sentí la gran princesa olvidada aún siendo la misma niña de siempre, la de la sonrisa costosa y los ojos vidriosos. Ayer me descubrí a través de unos ojos verdes y sentí que me hacía bien desgañitarme en forma de confidencias.
Te costó muy poco sacarme la sonrisa en fotos y la nostalgia contenida entre Teatinos y Pedregalejo. Mis pupilas vieron ayer por primera  vez la maravilla de Gibralfaro, legada a personitas como nosotros que sabemos apreciarlas y ahora siento que estas primicias te las debo.
Me sentí princesa en un día a pesar de la rueda pinchada de mi coche, la culpa de llegar tarde al encuentro de mi último tesoro, la vergüenza de pedirte que vinieras a recogerme y el tenerte dando vueltas por Málaga............y me sentí olvidada, ya sabes por qué y por quién. Y tengo en cuenta lo que me dijiste de las cegueras y la distorsión de la realidad, pero no estoy preparada todavía para borrar, ni olvidar, ni abandonar, ni soltar, ni ceder, ni nada de nada. Porque existe aún dentro de mí esa cosilla que me detiene la respiración al pensarla.
Pero el día, aunque amaneció tarde y con grandes esfuerzos por levantarme de la cama, fue redondo...¿recuerdas mi dedo apuntando al cielo esperando a que cayera un donut? Y con sesión de fotos incluida, tú buen fotógrafo y yo paciente modelo. El bonito almuerzo al solecito del Chopp, el excitante camino en la búsqueda de mi tesorillo blanco de pantalla táctil y peso pluma, el precioso paseo por los pasadizos del castillo, el cielo despejado y el sol que invitaba a ese batido que no pudimos tomar a 10 minutos de que viniera el de Prosegur a aguarnos el momento, las espectaculares vistas de mi tierra querida, el muelle 1 a vista de pájaro, el inolvidable atardecer en La Chancla, con la brisa del mar en la cara y el relente de la tarde en los brazos y la cenita tradicional de camperos de La Lorena. ¿Hay algo mejor que recordar esos momentos?







<Te echo de menos P.>

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