viernes, 10 de febrero de 2012

Grandes cumbres.


Cumbres más altas se han conquistado. Rocas más duras han sucumbido a la fuerza del hombre. Nieves más vírgenes se han tragado el esfuerzo y la vida de aquéllos que intentaron mancillarlas. Guerras peores se han ganado y se han perdido en un tira y afloja entre las traicioneras y las sesgadas almas de los que se atrevieron a luchar.

Esta es la historia de cómo P & P ganaron la partida a las grandes cumbres postradas a su nivel; con los pies y el espíritu montañero, las tomaron.

"Me siento cansada, mis pies están helados. Ahora es cuando pienso en un gran tazón de chocolate caliente a la lumbre de una chimenea para poder entrar en calor. El refugio ya queda lejos para volver (pero qué digo, no quiero volver). He venido a enfrentarme a mis miedos".
"Creo que debí ponerme otro par de calcetines térmicos. Delante de mí va P, más fresco que una lechuga, no jadea como lo hago yo a pesar de su vicio. Yo sin embargo voy arrastrando los pies. Los crampones se me quedan clavados en la nieve. Vuelvo a pensar que debí entrenar más antes de venir. Ya me lo decía P, pero, ¿cómo ha podido dejarme venir sabiendo que estoy oxidada? Creo que confía demasiado en mis posiblidades, me sobrevalora hasta el extremo"
"Admiro su fuerza de voluntad, adoro sus retos y sus metas, sus desafíos y sus <no puedes conmigo>. Es genial compartir con él este frío y arriesgado camino de pisar donde nadie ha pisado antes, recorrer kilómetros y kilómetros con una mochila a la espalda, contactar con Gaia en esta libertad inmensa que entra por mis pulmones y sale por los poros de mi piel y saber que mi pequeño lo vive el triple que yo, debe estar disfrutando de lo lindo".
"Siempre está atento a mí, por si necesito parar o quiero comer. Esta es la mejor locura de mi vida, ahora sé que por P haría cualquier cosa, incluso enfrentarme a mil batallas peores que esta".
"Seguimos hacia arriba, P sigue su brújula interna, el sendero está varios metros sobre la capa de nieve y es cuando él echa mano de su instinto para guiarnos. Se ha parado un momento a esperarme. Al llegar a su altura, me pide que me gire <Gírate, pequeña, y mira>. Llevamos ya dos horas de camino y al volverme, el paisaje es lo más hermoso que pudieron contemplar mis ojos alguna vez. Intento guardar la postal en mis retinas de por vida...pero P es más adelantado y ha sacado del bolsillo su cámara. Cuando me he dado la vuelta ya ha inmortalizado el momento. Sé que colgará esa foto en su pared, en el collage de recuerdos e historias que se ha montado, como una especie de altar que admira todos los días. Y yo me siento orgullosa de pertenecer a esos momentos que le llenan el corazón".
"La cumbre se ve cada vez más cercana. Impone su respeto y nosotros nos vamos acercando a paso firme. La parada anterior, el entorno, la imagen en mis ojos y pertenecer a esta historia junto con P...me han dado fuerzas para no arrastrar los pies y afianzar bien los crampones, el frío ya casi ni lo siento, la respiración se ha acompasando y el jadeo se ha convertido en breves soplidos de vaho. Me siento libre para seguir, todo lo superflúo ya no existe y delante de mí va guiando mis pasos el hombre que me ha redescubierto. ¿Cómo no poder disfrutar de esto? ¿Cómo no quererlo y respetarlo? ¿Cómo no adorarlo y admirarlo?"
"La meta está próxima, ya casi hemos llegado. Ya no existen miradas atrás porque vamos a la misma par. Deseo soltarlo todo y cogerle de la mano. Este momento es único y quiero sentirlo física y espiritualmente. <Oye P, jamás....¿me oyes?....jamás había sentido algo parecido y todo estos sentimientos nacen gracias a ti. Me alegro de que me convencieras para venir, me siento satisfecha de haber compartido esta aventura contigo y que sepas que esta cumbre de 2500 se queda corta...pronto vendrán los 14000>".
"Hurricane envolviendo nuestros cinco sentidos".

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